1. Introducción y estado de la cuestión
La guerra en Ucrania ha confirmado, definitivamente, a la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que el soft power que venían practicando con Rusia no es una herramienta de política exterior suficiente frente al afán imperialista de Vladimir Putin. La consecuencia más inmediata de la invasión rusa del segundo país más grande de Europa fue un aumento generalizado del gasto militar mundial, que creció en 2022 por octavo año consecutivo, en un 3,7 %, hasta un máximo histórico de 2 240 000 millones de dólares (Tian et al., 2023).
España, como la mayoría de los países europeos, comunicó a los pocos días del estallido de la contienda la voluntad de retomar el compromiso de elevar el gasto en Defensa hasta el 2 % del PIB alcanzado en la Cumbre de la OTAN de Cardiff de 2014. Si bien las amenazas externas a la seguridad nacional e internacional, tanto en forma de enfrentamientos armados como de ataques terroristas, se han revelado como tradicionales potenciadores de las inversiones militares en todas las regiones del planeta (Haunstein et al., 2021; Hunter, 2021; Nordhaus et al., 2012), dicha resolución abrió un debate político largamente pospuesto en este país ─y aún inconcluso─ sobre los recursos económicos que se deben dedicar a defender los intereses nacionales. Como explica Santé Abal (2022, p. 1064), la razón de dicha postergación es que los políticos españoles «entienden que existe un riesgo inherente a plantear el problema de los gastos en Defensa, especialmente si la idea que se va a sostener es la de su incremento», a diferencia de los norteamericanos, cuyas decisiones sobre el gasto militar están menos influenciadas por la opinión pública (Hartley y Russett, 1992).
El soslayo del «componente económico de la defensa» en favor de
«otros factores que integran la cultura de seguridad y defensa,
considerados más fácilmente asumibles por la opinión pública»
(Bernal Gutiérrez, 2011, p. 53) puede explicar que, desde hace
varios años, según los estudios del Centro de Investigaciones
Sociológicas (2015, 2017, 2021), las Fuerzas Armadas lideren, junto
a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las clasificaciones
de las instituciones más valoradas por los españoles; al tiempo
que, paradójicamente, muchos de ellos discrepan sobre la adecuación
de los presupuestos del Estado a las necesidades de la Defensa. No
obstante, el hecho de que, tras varios meses en los que el aumento
del gasto militar acaparó la discusión política y, por ende, la
agenda mediática, la opinión pública estuviera tan fracturada como
al comienzo de la crisis ruso-ucraniana (CIS, 2022a, 2022b), parece
más difícil de justificar. A este respecto, la hipótesis que sirve
como punto de partida de este artículo es que la cobertura
periodística sobre la decisión del Gobierno español de elevar
progresivamente el citado gasto para cumplir con el compromiso
atlántico pudo contribuir, a través de un notorio encuadre de
conflicto, a perennizar la fisura de la opinión pública acerca del
aspecto más controvertido de la Cultura de Seguridad y Defensa en
España (Moreno Izquierdo, 2009).
En este sentido, la presente investigación se propone reflexionar sobre la inversión en Defensa desde una perspectiva diferente a la que viene siendo habitual en el ámbito académico y profesional de la seguridad y la defensa. Hasta el momento, la economía de la defensa y las investigaciones para la paz han concentrado la mayoría de las aportaciones. En el primer caso, las reflexiones que comenzaron con las aportaciones realizadas por Hitch y Mckean (1960), Ram (1995) o Deger y Sen (1995) han ido dirigidas a determinar la relación existente entre el gasto militar, el crecimiento económico y el bienestar social. Por su parte, las investigaciones para la paz, concebidas para dilucidar las condiciones que permitieran disminuir la posibilidad de la guerra (Galtung, 1969; Galtung, 1996; Martínez Guzmán, 2001), han tratado de ahondar en el vínculo directo o indirecto entre dicho gasto y los conflictos armados, es decir, a través del comercio de armas o las carreras armamentísticas. Sin embargo, este trabajo se alinea con un número muy reducido de publicaciones que analizan cómo los medios de comunicación influyen en la percepción ciudadana de las necesidades de financiación de la defensa (Lewis, 2008; Lewis y Hunt, 2011).
1.1. Marco teórico
El papel desempeñado por los medios de comunicación en la configuración de la opinión pública, sobre todo en lo que respecta a la realidad política, ha sido objeto preferente de los estudios de comunicación. De entre las diversas teorías que lo han abordado, la del framing o encuadre (Entman, 1993; Goffman, 1974; Iyengar, 1991) resulta particularmente interesante para los propósitos de esta investigación, porque, a diferencia de la teoría de la agenda-setting —que se limita a la identificación de la particular jerarquía o prevalencia que los medios le otorgan a determinados temas—, permite ahondar en el modo en el que estos moldean desde un punto de vista cognitivo la percepción e interpretación de las informaciones ofrecidas mediante la selección, el énfasis o la exclusión de hechos y/o palabras (Nelson et al., 1997).
En las investigaciones sobre comunicación política que parten de dicha teoría, el denominado «encuadre de conflicto» es uno de los marcos más utilizados (Vliegenthart et al., 2011), puesto que el conflicto es un elemento central de la actividad política desarrollada en los sistemas democráticos y este encuadre se caracteriza, precisamente, por enfatizar la tensión, el desacuerdo o la división entre individuos, grupos o instituciones para captar el interés del público (Cappella y Jamieson,1997; Semetko y Valkenburg, 2000). En este contexto, Schuck et al. (2016) precisan que las noticias que poseen dicho framing cumplen alguno de los siguientes criterios: 1) plantean dos o más perspectivas sobre un asunto o problema; 2) muestran cualquier discrepancia o desacuerdo; 3) incluyen un ataque personal de un rival político o 4) albergan una crítica explícita del periodista.
Dada la naturaleza discursiva de la política, una de las principales formas de enmarcar conflictivamente esta información especializada es a través de la reproducción del cruce de declaraciones entre los representantes públicos. El privilegio del enfrentamiento verbal entre la clase política ha sido percibido por algunos autores como nocivo para el funcionamiento de la democracia, porque puede promover la polarización ciudadana (De Ridder, 2021; McLaughlin 2018) e incluso erosionar la confianza en la función gubernamental (Mutz y Reeves, 2005; Thorson et al., 2000). Por el contrario, otros piensan que subrayar las diferencias entre sus puntos de vista no solo favorece que los ciudadanos tomen conciencia de la importancia de la toma de decisiones públicas (Gutmann y Thompson, 2004; Schuck et al., 2016), sino que aumenta su apoyo a ciertas políticas (Vliegenthart et al., 2008) e incentiva la participación electoral (Min, 2004). Por otra parte, aunque hay quienes sostienen que dar cuenta de las opiniones divergentes de los representantes políticos es necesario para alcanzar la objetividad periodística (Neuman et al.,1992), la gran mayoría coinciden en afirmar que este «periodismo de declaraciones» constituye un «vicio de la prensa» para reclamar la atención de la audiencia (Bezunartea, 1998), no en vano, como apunta Munive (2016, p. 51), «provocar la esgrima retórica de políticos en conflicto es la vía más rápida para obtener titulares de impacto». De hecho, en el actual ecosistema digital, las narrativas de confrontación abundan en los encabezados sensacionalistas o clickbait que están alimentando la denominada política del espectáculo —politainment— y alejando a los medios de comunicación de su responsabilidad de fomentar una ciudadanía crítica e informada sobre los asuntos que afectan al bien común (Redondo García y Campos-Domínguez, 2017).
Las diferencias señaladas por los académicos acerca del impacto de los encuadres de conflicto han llevado a Bartholomé et al. (2017) y Van der Goot et al. (2022) a realizar análisis de contenido basados en los diferentes tipos de frames existentes. Tanto unos como otros coinciden en distinguirlos, en primer lugar, atendiendo a la envergadura de los temas en torno a los que giran los conflictos, ya que, de acuerdo con varias investigaciones previas, los efectos sobre los ciudadanos difieren dependiendo de si se centran en asuntos políticos (Hänggli y Kriesi, 2010), aspectos estratégicos (Adriaansen et al., 2010) o ataques personales (Mutz y Reeves, 2005; Forgette y Morris, 2006).
En concreto, Van der Goot et al. (2022, p. 30) discriminan los conflictos sustantivos de los no sustantivos, englobando entre los primeros los que versan sobre ideologías políticas, asuntos políticos o políticas concretas, y entre los segundos, los producidos por ataques o críticas a un representante político, un partido o coalición o una institución. Dentro de los sustantivos, estos autores consideran dos subdimensiones: la superficialidad o profundidad del conflicto, según se origine este o no en torno a principios morales/epistémicos subyacentes; y su carácter normativo o fáctico, en función de si concierne a ideales o valores o, por el contrario, a hechos o preferencias. Además, estos autores sugieren clasificar los encuadres teniendo en cuenta también el estilo civil o incivil de los conflictos tratados. Por su parte, Bartholomé et al. (2017) añaden como segundo criterio diferenciador la intervención periodística, entendida esta como la participación del periodista en la construcción del citado framing, es decir, la visibilidad que adquiere en los textos en función de si adopta el papel de observador o vigilante de los políticos o de evaluador e incluso atacante de estos.
1.2. Objetivo y preguntas de investigación
Tomando como base los fundamentos teóricos reseñados, el estudio tiene como principal objetivo determinar la calidad democrática de la cobertura periodística sobre el aumento del gasto en Defensa en España anunciado por Pedro Sánchez tras la invasión rusa de Ucrania, es decir, calibrar si favoreció el debate público y responsable al respecto. Con tal fin, se examinan los titulares de las noticias publicadas por ocho diarios nacionales en los primeros meses de la contienda.
En concreto, las próximas páginas tratan de dar respuesta a las siguientes preguntas de investigación:
- ¿En qué medida los medios analizados hicieron uso del encuadre de conflicto en la cobertura sobre el aumento del gasto en Defensa en los inicios de la actual guerra en Ucrania?
- ¿Qué tipo de encuadre predominó en cada uno de los periódicos atendiendo a la relevancia de los conflictos abordados?
- ¿Qué grado de intervención periodística se advierte en la construcción del encuadre de conflicto por parte de las distintas cabeceras y a través de qué estrategias discursivas se lleva a cabo?
2. Metodología
El estudio utiliza una metodología mixta, que combina el análisis de contenido, de corte cuantitativo, y el análisis del discurso, de naturaleza cualitativa. Dicha simbiosis resulta no solo enriquecedora sino también necesaria, ya que, como indica Mariño (2009, párr. 30 y 43), si bien el primero constituye «una de las técnicas de investigación más consolidadas en el campo de la comunicación […], aísla el contenido del mensaje del resto de los elementos del proceso comunicativo», por lo que los resultados resultan «más significativos si se completa con una revisión de los procesos lingüísticos que acontecen a su alrededor». La aplicación de ambos métodos la lleva a cabo íntegramente la autora del artículo.
2.1. Instrumento
El análisis de contenido se emplea, sobre todo, para dar respuesta a las dos primeras preguntas de investigación. En concreto, la dimensión del encuadre de conflicto se aborda mediante la comprobación del cumplimiento, en los encabezados, de uno o más de los cuatro criterios definidos por Schuck et al. (2016) que previamente se detallan en el marco teórico. Respecto a la trascendencia de los conflictos, se analiza a través de la dicotomía entre conflictos sustantivos y personales establecida por la literatura sobre comunicación política. Además, siguiendo la clasificación de Van der Goot et al. (2022), se disecciona también su profundidad. No obstante, debido a la brevedad que caracteriza a dichos enunciados, esta última se estima valorando únicamente si hacen referencia explícita (profundos) o no (superficiales) a los motivos que suscitan la discrepancia o el desacuerdo.
Por su parte, el análisis del discurso se superpone al de contenido para precisar el grado de intervención periodística en la construcción del framing de conflicto al que hace referencia la tercera y última pregunta de investigación. En concreto, se opta por el modelo de análisis de encuadre discursivo formulado por Gallardo Paúls (2021, p. 83), que distingue en los tres niveles pragmáticos —enunciativo, textual e interactivo— varios «recursos estratégicos con los que cuenta el emisor para construir su texto según su intención comunicativa» que le permiten «orientar cognitivamente la interpretación de cierto mensaje».
Como el grueso del corpus está compuesto por «titulares de actos de habla o titulares declarativos» (Hurtado González, 2009, p. 192), el estudio se centra en las estrategias de intertextualidad y afiliación que la autora propone en el nivel interactivo y en la estrategia intencional del nivel enunciativo. Las dos primeras permiten identificar la participación del periodista a la hora de introducir el discurso ajeno en el propio y su discrepancia ideológica de las palabras citadas. En este nivel, las categorías de análisis son las principales formas de discurso referido (directo, indirecto o mixto) y aquellos elementos lingüísticos que, como las metáforas, están presentes en el marco de dicho discurso y orientan su interpretación. La tercera estrategia sirve para evaluar la fuerza ilocutiva de los actos de habla que contienen los enunciados reproducidos. La categoría de análisis en el nivel enunciativo son los tipos de verbos de habla o verba dicendi utilizados.
2.2. Selección del corpus
Como se ha indicado, el análisis se realiza exclusivamente sobre los titulares de las noticias seleccionadas. La importancia de este elemento del texto periodístico para el estudio del encuadre reside en su «doble función de informar y atraer» (Gómez Mompart, 1982, p. 9). En este sentido, el titular es la principal ventana a través de la que el lector accede al contenido de la noticia, tanto en el caso de que rehúse leer el cuerpo, puesto que resumirá los aspectos más destacados, como en el de que opte por continuar hasta el final, porque su decodificación la completará en función de dicha síntesis. Sin embargo, en los últimos años, el objetivo de captar la atención parece haberse impuesto a la finalidad informativa, especialmente en los titulares clickbait de los diarios digitales, en los que los periodistas transgreden las mencionadas convenciones periodísticas para conseguir beneficios económicos (García Orosa et al., 2017), aprovechando que estos han adquirido una tercera función, la hipertextual, y se han convertido en el único acceso al contenido noticioso (Salaverría, 2005).
Respecto a la construcción del corpus, en primer lugar, se seleccionaron los periódicos objeto de estudio, todos ellos españoles y de carácter generalista. Se utilizó como criterio los datos de audiencia de GFK DAM de 2022, el año en el que fueron publicadas las noticias. A pesar de que las piezas informativas se extrajeron de las ediciones digitales, se eligieron tanto de entre cabeceras históricas, es decir, con edición en soporte papel, como de nativas digitales. En concreto, se seleccionaron las que en cada caso ocupaban las cuatro primeras posiciones del ranking: El País, El Mundo, ABC y La Vanguardia, por un lado, y El Español, Okdiario, El Confidencial y elDiario.es, por el otro.
La búsqueda y descarga de los textos se realizó a través de la base de datos MyNews, a la que se tuvo acceso desde la biblioteca virtual de la Universidad de Zaragoza. Se introdujeron como términos de búsqueda las palabras ‘gasto’, ‘inversión’ y ‘presupuesto’ combinadas en cada caso con ‘defensa’ y ‘militar’ mediante el operador booleano ‘AND’, para recuperar únicamente los encabezados en los que aparecieran las parejas de términos simultáneamente. El rastreo se llevó a cabo en los tres elementos que pueden formar parte del titular periodístico —antetítulo, título y subtítulo— a lo largo de un periodo temporal que se extendió entre el 24 de febrero de 2022 —fecha en la que Rusia comenzó el bombardeo del este del Donbás que precedió a la invasión de Ucrania—, y el 14 de julio del mismo año —día en el que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP) pactaron el aumento del gasto en Defensa en las conclusiones del Debate sobre el Estado de la Nación—. Tras el pertinente proceso de revisión y depuración para evitar duplicidades, la muestra quedó conformada por 237 titulares, cuyas frecuencias y porcentajes se detallan en la Tabla 1:
Tabla 1. El aumento del gasto en Defensa en los titulares de las noticias de la prensa española (febrero-julio 2022).
Periódico | Frecuencia | Porcentaje |
ABC | 49 | 20,67 |
El Confidencial | 18 | 7,59 |
elDiario.es | 43 | 18,15 |
El Español | 17 | 7,17 |
El Mundo | 26 | 10,97 |
El País | 9 | 3,8 |
La Vanguardia | 50 | 21,1 |
Okdiario | 25 | 10,55 |
Total | 237 | 100 |
Fuente: Elaboración propia.
3. Análisis y resultados
Partiendo del tratamiento dispar que los diarios seleccionados otorgaron en sus noticias al anuncio realizado por el presidente Pedro Sánchez en 2022 de aumentar el gasto en Defensa en España, en este apartado se exponen los resultados del análisis de tales encabezados, siguiendo el orden en el que se han enunciado las preguntas de investigación.
3.1. Dimensión del encuadre de conflicto
La investigación confirma que los ocho periódicos informaron preferentemente en términos de conflicto sobre el aumento del gasto en Defensa en España durante los primeros meses de la guerra en Ucrania. De los 237 titulares analizados, 162, es decir, un 68,35 %, se adscriben a uno o más de los cuatro supuestos de Schuck et al. (2016). No obstante, existen diferencias significativas entre unas cabeceras y otras, puesto que, si bien Okdiario y El Confidencial encuadran conflictivamente cuatro de cada cinco encabezados y La Vanguardia y ABC, tres de cada cuatro, El Español, El País y El Mundo no emplean este framing ni en la mitad de sus rótulos (figura 1).
Figura 1. Encuadre de conflicto de los titulares sobre el aumento del gasto en Defensa (febrero-julio 2022).
Fuente: Elaboración propia.
3.2. Relevancia de los conflictos
A pesar del generalizado encuadre de conflicto advertido en los titulares analizados, predominaron en ellos los conflictos sustantivos. En particular, estos suponen un 80,25 % (130) y acogen, sobre todo, a aquellos que cumplen el primer o el segundo criterio de Schuck et al. (2016), es decir, plantear dos o más perspectivas sobre un mismo problema o, como sucede en los ejemplos 1, 2 y 3, mostrar desacuerdo o discrepancia.
[1] Belarra critica que el Gobierno se pliegue a imposiciones externas al aumentar el gasto militar (El País, 01/06/2022)
[2] Los socios de Sánchez se oponen al gasto en Defensa: «Más tanques es igual a menos hospitales» (, 8/06/2022)
[3] Yolanda Díaz discrepa sobre la decisión de Sánchez de aumentar el gasto en Defensa (El Confidencial, 15/03/2022)
Por su parte, los encabezados que contienen conflictos no sustantivos representan únicamente el 19,75 % (32) y se atienen, por lo tanto, al tercer y al cuarto criterio, esto es, o bien incluyen ataques personales entre rivales políticos, como el ejemplo 4, o como el 5 contienen críticas explícitas de los periodistas a los representantes públicos.
[4] El PP amaga con no apoyar el aumento del gasto militar: Ya veremos si salvamos al soldado Sánchez (El Mundo, 02/07/2022)
[5] Belarra rechaza un aumento del gasto militar, pero no dimitirá para no perder el sueldo de 74.858 € (, 16/03/2022)
Es preciso señalar que, como muestra la figura 2, Okdiario es la única cabecera en la que los conflictos no sustantivos (54,55 %) superan a los sustantivos (45,45 %). Este dato viene, de algún modo, a validar las investigaciones que sugieren que los periódicos de calidad tienden a centrarse más en noticias sustantivas que los de corte sensacionalista (Norris, 2000). En cualquier caso, la relevancia de estos no resulta explícita en el 45,38 % de los titulares analizados (59), debido a la omisión, como en los ejemplos 6 y 7, de las razones que motivan las desavenencias entre sus protagonistas.
[6] El PSOE rechazará blindar el gasto militar por ley como plantea Vox (elDiario.es, 29/03/2022)
[7] Los ministros de Podemos salen en tromba a avisar a Sánchez de que no apoyarán más gasto en Defensa (, 30/06/2022)
En este punto las diferencias vuelven a ser notables entre los diarios: mientras que en Okdiario tal omisión se advierte en el 80 % de los encabezados, en La Vanguardia o elDiario.es se lleva a cabo en un tercio de ellos y en El Confidencial dicha superficialidad apenas alcanza al 16 %.
Figura 2. Relevancia de los conflictos de los titulares sobre el aumento del gasto en Defensa (febrero-julio 2022).
Fuente: Elaboración propia.
3.3. Intervención periodística en la construcción de los encuadres de conflicto
Dado que, según Bartholomé et al. (2015, 2017), los encuadres de conflicto en las noticias no vienen determinados solo por la necesidad de los políticos de presentar puntos de vista divergentes para ganar atención mediática, sino que también son el resultado de la participación activa de los periodistas, en este apartado se analiza hasta qué punto estos contribuyeron a configurar de forma conflictiva la cobertura sobre el aumento del gasto en Defensa en España en los albores de la guerra en Ucrania.
Como la mayor parte de los titulares identificados con encuadre de conflicto contienen declaraciones, en concreto, 142 (87,65 %), y tan solo 20 (12,35 %) se erigen como encabezados factuales o de datos, el análisis de la intervención periodística se centra exclusivamente en los primeros. Por este motivo, y tal y como se explicó en el apartado metodológico, se abordan las estrategias de intertextualidad y afiliación del nivel interactivo, así como la estrategia intencional del nivel enunciativo, según el modelo de encuadre discursivo propuesto por Gallardo Paúls (2021). No se profundiza en otras posibles estrategias que, como la omisión de cifras comparativas, han sido utilizadas por los periodistas para promover el aumento del gasto militar en Estados Unidos y el Reino Unido en las últimas décadas (Lewis, 2008; Lewis y Hunt, 2011).
3.3.1. Estrategia de intertextualidad
La estrategia de intertextualidad permite discriminar los mecanismos mediante los cuales el periodista introduce el discurso ajeno en su propio discurso. En esta investigación se ha contabilizado la presencia de los tres más frecuentes en el discurso periodístico, a saber, los canónicos discurso directo e indirecto y el llamado ‘discurso mixto’ o ‘pseudodirecto’, considerado una variante del primero porque comparte sus coordinadas enunciativas, pero cuya organización sintáctica es propia del segundo, es decir, de la integración de un discurso en otro (Méndez García de Paredes, 1999, p. 123). En este caso, las unidades de análisis no son los titulares en su conjunto, sino cada una de las ocurrencias de estos mecanismos que se dan de forma independiente en ellos y constituyen lo que Girón (1989) denomina «enunciados pluriformes de discurso referido» (citado en Méndez García de Paredes, 1999, p. 107). Teniendo en cuenta este apunte, observamos que el discurso indirecto predomina en seis de los ocho diarios (figura 3), en concreto, El Confidencial (61,11 %), ABC (57,89%), El País (57,14 %), elDiario.es (56,1 %), El Mundo (52,94 %) y Okdiario (50 %). Por su parte, el mixto impera sobre el directo y el indirecto en La Vanguardia (66,15 %) y solo en El Español el discurso directo (55,56 %) prevalece sobre los otros dos.
Figura 3. Intertextualidad de los titulares sobre el aumento del gasto en Defensa (febrero-julio 2022).
Fuente: Elaboración propia.
3.3.2. Estrategia de afiliación
La otra estrategia del nivel interactivo que resulta relevante para desentrañar el grado de intervención periodística en la construcción del encuadre de conflicto en esta cobertura es la de afiliación. De acuerdo con Gallardo Paúls (2021, p. 92), esta implica que el emisor de un texto muestre «concordancia con otro discurso (o inversamente, discrepancia)». En nuestro caso, se trata de dictaminar si los enunciados declarativos ofrecen o no evidencias lingüísticas sobre la disconformidad de los periodistas con los discursos que reproducen, es decir, si estos se erigen en adversarios de los políticos a los que citan y emiten evaluaciones o críticas explícitas sobre ellos (Bartholomé et al., 2017, p. 1692).
Si bien los verbos introductores del discurso reproducido constituyen, según Casado Velarde y De Lucas (2013), uno de los principales recursos evaluadores del discurso ajeno del que disponen los periodistas para legitimarlo o deslegitimarlo conforme a sus principios editoriales, estos no se van a tener en cuenta en este apartado, ya que, al formar parte de la estrategia intencional del nivel enunciativo, serán examinados con detalle en el siguiente. De este modo, el análisis de la afiliación se circunscribe a los llamados por Girón (1989) «indicios externos» del «marco del discurso referido», es decir, a todas aquellas circunstancias que «sugieren la escena que enmarca el acto de comunicación originario» y sirven «para orientarlo [sic.] esto es, interpretar la reproducción y señalar la distancia enunciativa del periodista con respecto a ese discurso reproducido» (Méndez, 1999, pp. 108-109).
Como revela la figura 4, los titulares analizados presentan en el marco escasos indicios lingüísticos ─en su mayoría, se trata de metáforas y valores evidenciales de adverbios y tiempos verbales─ de la divergencia ideológica del periodista con respecto a las palabras que cita. No obstante, vuelve a ser la excepción, porque muestra su actitud disociativa en el 73,68 % de sus encabezados declarativos.
Figura 4. Afiliación ideológica de los titulares sobre el aumento del gasto en Defensa (febrero-julio 2022).
Fuente: Elaboración propia.
3.3.3. Estrategia intencional
Puesto que «la traducción de un acto de habla en un verbo que lo describe se convierte en una de las operaciones de mayor eficacia para la orientación ideológica por parte del periodista» (Escribano, 2009, p. 18), resulta de interés abordar también en qué medida los redactores intervinieron en la conformación del encuadre de conflicto a través de los verbos de habla escogidos para expresar la fuerza ilocutiva de los enunciados reproducidos.
Con tal fin, se toma como referencia la clasificación de los verba dicendi que establece Méndez García de Paredes (2001, pp. 368-369) atendiendo a su comportamiento discursivo y sintáctico y que forman parte de una escala gradual que mide «la mayor o menor objetividad/subjetividad interpretativa del periodista que refiere». En el polo de menor subjetividad se sitúan los verbos declarativos que simplemente exponen una aserción o la requieren de otro; los verbos elocutivos simples y afectivos y los verbos contextuales discursivos y nocionales; a continuación, se encuentran los verbos que en la interpretación del periodista implican al sujeto del enunciado como agente de la evaluación y los que describen objetivos ilocutivos a partir de enunciados sin realizativo explícito y, por fin, en el polo de mayor subjetividad, la autora sitúa los verbos de pensamiento.
A pesar de que los distintos diarios presentan también notorias diferencias en este aspecto, se advierte en todos ellos una tendencia común a usar con mayor profusión verbos que denotan una mayor subjetividad en la interpretación del acto de habla ilocutivo realizado por el sujeto de la enunciación (figura 5). De este modo, el 65,55 % se incluyen en una de las tres categorías más subjetivas, mientras que solo el 26,79 % lo hace en las tres menos subjetivas. Entre los primeros sobresalen los verbos que designan actos directivos como ‘pedir’, ‘reclamar’, ‘exigir’ o ‘urgir’, el compromisivo ‘prometer’ y aquellos mediante los que el periodista convierte al sujeto de la enunciación en agente de evaluación, en particular, ‘criticar’ y ‘cargar’. Entre los menos subjetivos, que, sobre todo, refieren actos representativos, priman los elocutivos afectivos, como ‘asegurar’ o ‘insistir’, sobre los puramente declarativos, ‘decir’ o ‘afirmar’.
Figura 5. Clasificación de los verbos de habla de los titulares sobre el aumento del gasto en Defensa (febrero-julio 2022).
Fuente: Elaboración propia.
4. Discusión y conclusiones
Como se desprende de los resultados previamente expuestos, la cobertura periodística sobre el aumento del gasto en Defensa en España durante los primeros meses de la guerra ruso-ucraniana exhibió un marcado encuadre de conflicto. Aunque el tamaño y la composición del corpus están muy acotados, su profuso estudio nos permite inferir que la construcción de este framing en los titulares de las ocho cabeceras nacionales estudiadas estuvo determinada tanto por su focalización en los discursos encontrados que generó el anuncio del presidente Pedro Sánchez de la voluntad del Gobierno de retomar, en el nuevo entorno estratégico, el compromiso adquirido con la OTAN de elevar la inversión militar hasta el 2 % del PIB, como por las estrategias discursivas empleadas para reproducirlos.
A pesar de que los desencuentros verbales referidos giraron en torno a aspectos políticos e ideológicos más que personales, el mismo abuso del periodismo declarativo minó el potencial informativo de dicha cobertura. Según Munive (2016, pp. 44, 55), este tipo de periodismo, al situar «las opiniones en el foco de la producción noticiosa» y soslayar «la indagación y el relato de los acontecimientos», suele contribuir a posicionar las agendas de los políticos ante la opinión pública y constituye «un eficaz soporte para transmitir mensajes propagandísticos dentro de una envoltura en apariencia informativa».
Además, como señalan Garde-Eransus y Llamas Saíz (2025, pp. 9-10), la introducción de discurso referido se ha revelado como uno de los recursos lingüístico-discursivos que caracterizan a los titulares clickbait, debido a que con frecuencia dichas declaraciones «resultan vacías y se limitan a despertar la curiosidad del lector». De hecho, en nuestro corpus, las citadas discrepancias en casi la mitad de ellos no van acompañadas de las razones que las motivan. Esta circunstancia no solo redujo las posibilidades de que los ciudadanos asistieran, a través de este primer nivel de lectura, a un verdadero debate político sobre el factor económico de la defensa nacional, sino que también pudo fomentar el cinismo y la polarización social en torno a él, ya que, como sostienen Van der Goot et al. (2022, p. 41), «enfatizar o justificar posiciones políticas es necesario para convencer a los ciudadanos de su importancia».
Por su parte, el encuadre discursivo de los encabezados también dificultó una reflexión social sosegada acerca de la inversión que precisa la defensa de los intereses españoles. El análisis de las estrategias intencional y de intertextualidad y afiliación ha puesto de manifiesto que los periodistas adoptaron un papel activo en la construcción del framing de conflicto, enfatizando la rivalidad entre políticos o erigiéndose ellos mismos en adversarios con sus críticas más o menos soterradas.
Este elevado grado de intervención periodística se hizo patente, en primer lugar, en el predominio del estilo de cita indirecto y mixto sobre el directo a la hora de reproducir las declaraciones. Si bien ninguna de estas formas de introducir el discurso ajeno en el propio escapa a la subjetividad del periodista (Lozano et al.,1993; Méndez García de Paredes, 2000; López Pan, 2002), esta aumenta conforme lo hace la distancia que este establece entre el lector y la expresión literal original por él reproducida o, dicho de otro modo, a medida que desaparecen sus propiedades miméticas y se acentúan las diegéticas.
En efecto, como argumenta Méndez García de Paredes (2001, p. 353), en el discurso indirecto «el sujeto que reproduce es el único responsable enunciativo y con respecto a esos parámetros ideológicos hay que medir lo dicho». En este sentido, la completa desaparición en él del discurso original incrementa «la polivalencia significativa de los enunciados», porque, como explica Vicente Mateu (2007, p. 232), esta «se ve condicionada por el locutor reproductor, que dispone de un cierto margen de libertad a la hora de interpretar el acto ilocutivo al tiempo que lo hace formar parte de su propio acto de habla». Los ejemplos 8 y 9 ilustran cómo La Vanguardia y elDiario.es difieren en la fuerza ilocutiva asignada a un mismo acto de habla y cómo el verbo declarativo elegido por la segunda cabecera acentúa de forma más ostensible que la primera el conflicto entre la oposición y el Gobierno:
[8] El PP pregunta a Sánchez de dónde saldrá el dinero para aumentar el gasto en defensa (La Vanguardia, 02/07/2022)
[9] Feijoo cuestiona la solidez del Gobierno para impulsar una subida en el gasto de Defensa (elDiario.es, 02/07/2022)
Del mismo modo, en las citas mixtas, la responsabilidad del periodista también es mayor que en las directas, dado que, como indica Escribano (2009, p. 15), «el párrafo citado literalmente se inserta dentro de un texto en estilo indirecto, en el que no es fácil reconstruir de forma objetiva las declaraciones iniciales y separarlas de todos aquellos matices que incorpora con su elaboración el periodista». Como se aprecia mediante la comparación de los ejemplos 10 y 11, tal reconstrucción ─y, por lo tanto, una correcta interpretación desprovista de sesgos─ resulta más complicada cuanto más fuerte es la extracción de las palabras citadas del texto al que pertenecen, es decir, cuanta menos información posee el lector sobre el momento, el lugar y el contexto en los que fueron emitidas.
[10] Subirats se desmarca de Unidas Podemos y ve «justificado» incrementar el gasto militar (El Confidencial, 01/07/2022)
[11] El ministro Joan Subirats se desmarca de Belarra: ve «justificado» el aumento del gasto en Defensa. El titular de Universidades lo aprueba si crecen los riesgos y las amenazas. «Lo que no sé es si exactamente ha de ser del 2% o no», ha matizado (El Español, 01/07/2022)
Además, de acuerdo con Maingueneau (2021, p. 28), esas frases sin texto o «aforizaciones» pueden considerarse, en ocasiones, palabras muertas cuyo autor ya no es el hablante que las pronunció, sino el periodista que, al extraerlas de su texto original y destacarlas, las hace regresar del pasado «para hacernos más vivos… o para destruir a los vivos». Precisamente, este último es el propósito que preside el titular 12, en el que Okdiario se revela como enemigo acérrimo de Pedro Sánchez al recuperar de la hemeroteca un extracto de las declaraciones realizadas en 2014 cuando era secretario general del PSOE, para criticar su volubilidad e inconsistencia política. Este es, además, un claro ejemplo de clickbait, debido a la ambigüedad calculada que supone el uso del infinitivo ‘decir’ para llevar al lector a pensar equivocadamente que las palabras entrecomilladas que introduce son coetáneas a la solicitud de apoyo social al aumento del gasto militar realizada entonces por el presidente del Gobierno.
[12] Sánchez pide a los españoles más gasto militar pese a decir que «sobra el Ministerio de Defensa» (Okdiario, 30/05/2022)
Sin embargo, el estilo de cita no fue el único mecanismo discursivo del que se valieron los medios en el nivel interactivo indicado por Gallardo Paúls (2021) para hacer oír sus voces (críticas) y reforzar el encuadre de conflicto. Aunque en menor grado, como ya se ha señalado durante el estudio de la estrategia de afiliación, estos emplearon en el marco del discurso referido algunos recursos lingüísticos para mostrar discrepancia de las declaraciones reproducidas. En concreto, los redactores explotaron el potencial argumentativo y afectivo del lenguaje gráfico para censurar abiertamente, como ocurre en los ejemplos 13 y 14, a los protagonistas de las noticias. Por el contrario, a juzgar por los titulares 15 y 16, se valieron del uso evidencial del adverbio temporal ‘ahora’ y del pretérito imperfecto ‘rechazaba’, para llevar a cabo una deslegitimación discursiva más sutil y sofisticada al compartir con el lector la cautela epistemológica que les suscitaba el anuncio del presidente Sánchez de aumentar el gasto en Defensa a tenor de actuaciones llevadas a cabo u opiniones mantenidas por este en un tiempo anterior.
[13] Pepe Álvarez, al olor de las sardinas: «Somos pacifistas, pero no es contradictorio con defender el gasto en Defensa» (Okdiario, 11/05/2022)
[14] Podemos define sus exigencias frente al gasto militar: cheque bebé, topar la gasolina o SMI. Los morados comienzan a digerir el sapo del compromiso con la OTAN, siempre y cuando se cobren por ello su particular peaje. Buscan compensarlo multiplicando el gasto social en los presupuestos (El Confidencial, 04/07/2022)
[15] Sánchez anuncia ahora un aumento del gasto militar tras mantener 4 años a España a la cola de la OTAN (Okdiario, 12/03/2022)
[16] Sánchez rechazaba subir al 2 % el gasto militar «en el marco de la OTAN» en su plan para liderar el PSOE (Okdiario, 02/07/2022)
Por último, los diarios estudiados llevaron a cabo la evaluación de los políticos a través de la estrategia intencional, es decir, de la elección de los verbos introductores del discurso ajeno. En efecto, estos últimos se aprovecharon, además de para subrayar o intensificar el conflicto, para trasladar a los lectores una imagen positiva o negativa, desde el punto de vista de la cortesía, de los sujetos de la enunciación acorde con la línea editorial de cada medio (Escribano, 2009). El ejemplo 17 ilustra cómo El País, al interpretar con la libertad que conceden el estilo indirecto y mixto la fuerza ilocutiva de los actos de habla de los políticos mediante los verbos ‘pedir’, ‘reclamar’ y ‘rechazar’, respectivamente, ofrece una imagen del presidente del Gobierno más moderada, conciliadora y responsable que la de los portavoces del Partido Popular y Unidas Podemos.
[17] Sánchez pide a derecha e izquierda un «acuerdo de país» para aumentar el gasto en Defensa. El PP reclama una posición conjunta del Gobierno. Unidas Podemos rechaza la idea de subir el gasto (El País, 30/06/2022)
En síntesis, conforme al objetivo planteado en la introducción, cabe concluir que, aunque existen notables diferencias entre unos diarios y otros respecto a la magnitud del encuadre conflicto de sus titulares y a la participación de los periodistas en su construcción discursiva, la cobertura informativa sobre el aumento del gasto en Defensa en España en los inicios de la actual guerra en Ucrania careció, en su conjunto, de la calidad democrática que hubiera sido deseable para favorecer un debate ciudadano informado acerca de la financiación pública de la defensa nacional.
Al priorizar y alentar desde sus respectivas posiciones ideológicas el enfrentamiento verbal entre los políticos y soslayar la exposición de datos y hechos contextualizados, los ocho periódicos analizados entorpecieron, en mayor o menor medida, el dimensionamiento por parte de los ciudadanos de la magnitud real de dicho gasto y la comprensión de su destino final, y contribuyeron a perpetuar en el imaginario colectivo el carácter controvertido de uno de los principales exponentes de la Cultura de Seguridad y Defensa en España. A este respecto, Okdiario fue, sin duda, la cabecera que más abiertamente favoreció la polarización social, ya que, aparte de primar los conflictos no sustantivos sobre los sustantivos, sus periodistas se convirtieron de modo recurrente en parte de ellos a través de las críticas explícitas a los representantes públicos.
En vista de que el debate político continúa abierto en la actualidad, resulta imprescindible dar continuidad a esta línea de investigación con futuros trabajos que examinen, incorporando el análisis de otras estrategias, la evolución que ha seguido el tratamiento mediático de la inversión en Defensa en España desde el segundo semestre de 2022. Estos estudios adquieren mayor relevancia si cabe en el actual panorama geopolítico, marcado por una creciente inestabilidad internacional, el resurgir de conflictos armados y la redefinición de alianzas estratégicas. En este contexto, tal debate no puede quedar relegado a ámbitos técnicos o políticos, sino que los medios de comunicación deben rehuir el y trasladarlo con profesionalidad al conjunto de la sociedad, que tiene el derecho y la responsabilidad de entender en qué se invierten los recursos públicos y con qué objetivos.